Saludo al Recuerdo

En este preciso momento aceptaré que aún lo extraño mucho.

Tengo muy buenos recuerdos al lado suyo, como las veces que, “sin dormir“, esperaba ansiosa su llegada, porque venía de muy lejos y seguramente algún regalo era para mi.
O cuando llegaba la pizza, las flores... o simplemente unos burritos que le sobraron de la hora de la comida (que bien sabían!).

El acurrucarme a su lado era la mejor sensación: el calor, la protección, jeopardy! jaja siempre me gustó más la rueda de la fortuna, pero la versión gringa. Pensaba, imaginaba, daba vueltas una y otra vez dentro de mi cabeza como le habían hecho para colocar a la muchacha abajo de los participantes para que despues de seleccionar una letra, ella pudiera voltearlas y darles algunos puntos. Las pastillas de chiquitolina existían! Me constaba! Nunca le pregunté si realmente sucedía de esa manera porque yo estaba segura, me limitaba a, junto con él, tratar de adivinar las frases (yo siempre fallaba, no sabía inglés).

Mi primera vez en el barco donde a propósito quize sentir un mareo.
Mi muñeca irlandesa, mis soldados ingleses y mi cuchara de no se donde.
Las carnes asadas con toda la familia (y el caldito de la carne).
Las monedas recibidas después de cantar “ahí viene la aaaa“.
Los besos de buenas noches (cada vez menos frecuentes).
Mi capricho de graduación de primaria.
Las mañanas con Ruiz-Healy (de ahí el gusto).
Los crucigramas del periódico.
Los primeros préstamos del carro.
El eterno futbol.
El closet lleno de camisas y pantalones de vestir.
Sus lágrimas al teléfono estando yo lejos.

¿Memorias inútiles?
En este preciso momento es eso lo que recuerdo, lo que quiero que marque mi vida.
Lo demás ya se fue.