Wednesday, May 12, 2010

Raleigh

Fue en esta ocasion el olor a cigarrillo lo que me hizo recordarle y voltear a buscar su figura esbelta y decaída.
Pero no había nadie. El humo emanaba de algun lugar cercano, eso era cierto, sin embargo no lograba localizar a ningún ente en los alrededores. Era de día pero la plaza estaba practicamente desierta. Con claridad percibía el peculiar aroma del tabaco que el solía fumar; es fuerte y te reseca la garganta y la nariz.
Recuerdo que alguna vez alguien dijo al mencionar esa marca: "Uff.. malísimos!". Pero eran los que a el le gustaban.
Nunca me agradó, pero sentí alegría de olerlo en esta ocasión.